A más de una semana de anunciar que el Ejército seguiría en las calles, Andrés Manuel López Obrador afirmó que los militares no serían utilizados nunca más como un instrumento de guerra, sino que serán ejemplo de la lucha por la paz en suelo nacional.

Ante los diputados de Morena, López Obrador reiteró la importancia de las Fuerzas Armadas para la pacificación y seguridad del país, pero dijo que habrá un cambio sustancial en su forma de operar ante la situación de violencia.

Los legisladores que acudieron a dialogar con el presidente electo respaldaron su diagnóstico, tras considerar que el Gobierno Federal no debe prescindir del Ejército para tareas de seguridad pública debido a la incapacidad de las corporaciones policíacas.

“Se va a hacer todo un plan para regular el uso de la fuerza, una reconversión a través de lo que llama Ejércitos de paz para el respeto de los derechos humanos”, sentenció la vicepresidenta de la Cámara de Diputados, Dolores Padierna, durante una entrevista con Reforma.

Por su parte, el diputado Javier Hidalgo detalló que López Obrador puso énfasis en la capacitación de los integrantes del Ejército para fortalecer la cultura de respeto a los derechos humanos. Advirtió que el objetivo es promover la paz del país con el menor uso de violencia posible.

López Obrador se vio obligado a reconsiderar su propuesta de campaña sobre la creación de una Guardia Nacional, al menos, en el corto plazo; el mandatario electo aceptó que sacar al Ejército de las calles sería imprudente debido a que la Policía Federal, así como las corporaciones locales, no tienen la capacidad para afrontar la crisis actual.